OTOÑO EN LA RIBERA
He pasado la tarde junto al río
en este sitio
que siempre fue tan nuestro;
este refugio
testigo de otras tardes
ahítas de esperanzas
y de ensueños.
Siguen en pie
los mimbres protectores
que nos brindaban sombra
en la floresta.
Entre las ramas
está el rincón secreto
donde la fronda ocultaba
nuestros cuerpos
y la pasión urdía su lenguaje
con el arrullo cómplice
del agua
y los chasquidos leves
de tus besos.
Me trajo la memoria de esos días
pletóricos de luz y primavera,
cuando el hoy era un “siempre”,
una promesa.
Cuando tus labios frescos
sonreían
y el sol nos deslumbraba
en la ribera.
Han llegado los días del otoño.
Tu risa ya no está.
Ya no es la misma orilla.
El áspero ramaje se desnuda
teñido de ocres,
pletórico de sepias.
El ocaso calcina el horizonte.
No sé para qué vine.
Quizás me trajo el dolor
o la tristeza.
Es hora de partir.